El mero estar
Esto es verdad.
Esto no es verdad.
Presten atención:
Dice Rodolfo Kusch
que hay una América profunda
donde la gente se desliza
en el mero estar.
Forjarse un porvenir: no.
Progresar: no.
Ser alguien: no.
Sólo estar.
Estar ahí.
Yo tuve una infancia suburbana
de sólo estar
terraza con vista a las estrellas
una lupa y mirar las hormigas
conversaciones en ronda
planeando inútilmente
la vuelta al mundo en bicicleta.
Después,
claro,
me dijeron:
o estudiás o trabajás
y se acabó
el mero estar.
Y todo fue:
levantate
ahora no
será el domingo
ponete las pilas
tu esfuerzo personal
mañana tal vez.
Mi único paraíso
sería
llegar a ver al mundo
entero
disfrutando el mero estar.
Ya
se lo tiene merecido.
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